"El mundo de los muertos" en el Dolores Olmedo

Así es como se titula en este año la ofrenda de día de muertos del Museo Dolores Olmedo, recinto al que ya dediqué dos entradas completas que ustedes podrán leer justo aquí. Y como sé que tengo varios lectores extranjeros, seguramente se preguntarán qué diablos es una ofrenda de día de muertos...


Veamos: una ofrenda de día de muertos es un pequeño altar que las familias mexicanas solemos poner las noches del 31 de Octubre (día para las almas de los infantes) y 1 de Noviembre (día de todos los santos, para las almas de los adultos) a manera de remembranza y respeto para nuestros antepasados difuntos, pues se se cree que sus almas vienen a visitarnos. Es una tradición difundida en muchos lugares de Latinoamérica, sin embargo, tiene sus orígenes en el sincretismo religioso del politeismo de las culturas prehispánicas (especialmente los aztecas o mexicas) y el catolicismo español, como casi todo lo que es México en la actualidad, una riquísima mezcla cultural en todo ámbito, un producto del mestizaje para bien y para mal. Consiste en montar dicho altar con frutos (usualmente naranjas, mandarinas, plátanos, tejocotes, etc.), platillos que eran del agrado de los fallecidos (no faltan los moles, el arroz, pozole, tacos, entre muchos otros), bebidas, flores de cempasúchil, papel picado y fotos de los visitantes del más allá. Algunos elementos más son agregados conforme a la región o tradición familiar, como pueden ser cerveza o tequila, entre otros. Para los que ya vieron el éxito cinematográfico de Disney Pixar del año pasado, Coco, seguramente ya sabrán de lo que hablo.


Ahora, en el museo Dolores Olmedo, se utiliza el motivo de la ofrenda como excusa para hacer todo un montaje artesanal de escenas con esqueletos de cartón y demás elementos que giran en torno a un tema en específico. Usualmente, al final se pone la verdadera ofrenda, que por lo general va dedicada a Doña Dolores Olmedo, Diego Rivera y Frida Kahlo.

Para esta ocasión, la temática de El mundo de los muertos es indagar un poco y exponer las raíces y maneras de celebrar la muerte, a través de algunas de las principales culturas ancestrales alrededor del mundo. La milenaria Mesopotamia, el místico Egipto, la exótica China, los valientes pueblos Vikingos y, por supuesto, los enigmáticos Mayas, se dieron cita en la sala de exposiciones temporales del museo.


Este 2018, la ofrenda tuvo más variedad que en años pasados. La anterior fue una sátira de películas de la época de oro del cine mexicano, pero en 2015 y 2016, aunque las temáticas no fueron del todo malas, hubo un cierto encasillamiento en las tradiciones mexicanas como eje focal de la ofrenda, un reciclamiento masivo de calaveras de cartón y otros elementos, como decoraciones y escenografías. Esto mermó un poco el interés por la misma de quienes vamos cada año a ver este evento.


Ahora la cosa fue distinta, si bien hubo menos presencia de nuestros esqueléticos amigos de cartón, los decorados y escenografías estuvieron formidables, pues el grado de detalle y trabajo fue mayor a ediciones pasadas. Sobresalen principalmente las partes referentes al antiguo Egipto y al mundo Maya.


No queda más que invitarlos a que el día de hoy y hasta finalizar la semana se den una vuelta por el museo, ya que habrá distintas actividades referentes a estas festividades y este año la ofrenda principal está dirigida solo a Diego. Pero si no pueden ir en estas fechas, no se preocupen, pues las ofrendas las quitan hasta el 30 de Diciembre. No se pierdan el trabajo artesanal que nos ofrece este museo.

Fotografía cortesía de Giselle García 

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