Hace apenas dos semanas que pude escuchar el nuevo álbum (CD, no Blu-Ray) que la Filarmónica de Viena agregó a su ya larga y gloriosa lista de grabaciones, sólo que en esta ocasión el contenido es de música cinematográfica, específicamente de la pluma de John Williams. ¿Y qué nos hemos encontrado aquí? Pues música de una calidad compositiva estupenda en su mayoría - muy a pesar de ciertas élites que argumentan "sin las imágenes no funciona" - dirigida de una manera solvente con unas pocas excepcionalidades y, como era de esperarse, con un sonido y perfección orquestal inigualables; sí, la London Symphony Orchestra ha sido la "orquesta del estudio" del compositor para muchas de las bandas sonoras originales, orquesta que muchos productores y directores quisieran tener para sus filmes, pero la Wiener Philharmoniker es superior. Me encontraba como niño con juguete nuevo poco antes de la primera audición, y esa emoción me sigue invadiendo. Pero vayamos desglosando pista por pista el disco.
Abre el disco "The flight to Neverland" de la película Hook, que nos suena puramente al estilo ya acostumbrado del compositor aunque sea una de sus páginas menos conocidas dentro de la selección en este CD. Después vienen los extractos de Close encounters of the third kind, una de las partituras para cine más interesantes en la historia del séptimo arte. Cómo recuerdo aquella impactante escena cuando se aparece la nave nodriza y la excelente musicalización de la misma con unos aires que nos recuerdan a Ligeti. Aquí Williams nos muestra una faceta compositiva más arriesgada a la que acostumbraba en aquellas épocas, pero sin perder aquel estilo del que hablábamos en la primera pista, estilo evidente en el final (créditos en la película) de la pieza.
En The witches of Eastwick tiene como cereza del pastel la participación de la gran Anne-Sophie Mutter, misma que grabó recientemente el otro disco de Williams con la Wiener Across the stars, con arreglos del mismo compositor para los virtuosos dedos de la violinista alemana y que podría considerarse un complemento a este álbum, aunque ha sido menos de mi agrado.
E.T. fue una de las películas más queridas de la década de los ochenta, y gran medida del éxito se la debemos a una de las bandas sonoras más bellas y emotivas que se han compuesto. La suite sinfónica "Adventures on Earth" que muchas veces hemos escuchado con varias orquestas suena aquí mejor que nunca, aunque se extraña un poco más de planeación en las tensiones internas de la pieza que llevan al clímax final de la despedida entre Elliot y el extraterrestre. Aún así, alcanza la emotividad necesaria para soltarnos la lágrima ¡Qué cornos los de la Wiener! Con Jurassic Park pasa algo similar, pues a su vez suena majestuoso pero también emotivo, poniéndonos melancólicos para aquellos que crecimos con esas dos obras maestras de Steven Spielberg.
De War horse podemos decir que es una banda sonora que cumple, con algunas remembranzas a las melodías sencillas y efectivas de carácter bucólico y hasta patriótico de John Barry, y algo hay de eso en la selección "Dartmoor, 1912" que escuchamos en este álbum. Y si ya estábamos en plan de arreglos, es una lástima que el buen John no haya querido re-componer la suite de Jaws agregando aquel motivo célebre de la cuerda grave que nos recuerda al tiburón; pero sí podemos disfrutar de la fuga con temas de la escena de la cacería al gran blanco.
El "Marion's theme" de Indiana Jones and the raiders of the lost ark a pesar de no ser de mis favoritos es de una belleza sincera, que nos recuerda bastante en inspiración a los temas de Leia y Leia y Han de Star Wars, a los que está dedicado casi el resto del disco, la parte esperada por muchos de los fanáticos.
Empieza esta sección con la ya clásica fanfarria y tema de Luke originalmente, aunque la mayoría simplemente la asocia con la saga. "Star Wars: A new hope" está tocada con más majestuosidad y pompa que nunca. Sigue "The rebellion is reborn" de The last Jedi y es justo que acotemos en este punto lo siguiente: de la música de las más recientes películas de la saga podríamos decir que el nivel técnico y compositivo al que ha llegado Williams es insuperable en la actualidad dentro del mundo del cine; sin embargo, es música más bien efectista, un tanto intelectual y un poquitín carente de emoción real. Posiblemente se deba a que el mismo compositor no encontró el suficiente material textual y visual inspirador en la nueva trilogía que es decepcionante y una aberración, incluso remarcó que sería su última colaboración con la franquicia. Es entonces el citado tema algo un poco de relleno; una lástima que no se haya escogido algo bueno de lo más reciente como "Rey's theme" de The Force awakens, que contiene más calidad e inspiración entre sus notas. "Luke and Leia" de The return of the Jedi es el que nos sigue, un tema verdaderamente bello pero que igualmente sigue sin alcanzar a los ya citados con el de Marion. Muy bellamente ejecutado.
"Tocamos dos ensayos con la orquesta, al final de los cuales el intendente se me acercó y dijo '¿podemos tocar la Marcha imperial de Star Wars?' y yo no tenía programado eso. Pensé que ya les había exigido bastante música difícil a los metales; pero después lo entendí, los músicos de esa sección por sí mismos habían solicitado que tocáramos la Marcha imperial. Así que al final del ensayo la tocamos, todos tenían sus partituras, parecían saber previamente de esto. Y debo decirlo, fue honestamente la mejor ejecución de la marcha que jamás he escuchado. Tenía tanta solidez, tanto poder y fuerza, pero también control en el color y entonación en un todo (...)". Palabras del mismo Williams respecto a la más famosa pieza musical de Star Wars, a las cuales sobra decir algo. Para cerrar el álbum, hace su aparición una vez más Indiana Jones con la célebre "Raider's march", que se escucha un poco pesante y falta de fuelle, pero no de la gallardía necesaria. Por cierto, que la Mutter se incorpora en esta última pieza a los violines como una más de la orquesta.
Dos datos para terminar. Uno: las grabaciones se hicieron, por supuesto, en la sala dorada de la Musikverein vienesa con una apabullante toma sonora, redonda en los graves y brillante en los agudos; aunque, al parecer son tomas de los ensayos y no de los conciertos en vivo, pues no hay ni rastro de aplausos, toses, etc. Ya saben, lo que normalmente sufre uno en los conciertos.
Y dos: muchas de las piezas aquí tocadas vienen en el también álbum dedicado a la música del compositor por parte de la Filarmónica de Los Ángeles, con el que ha sido su director titular por ya varios años, Gustavo Dudamel. Esto me obliga a hablar de las interpretaciones haciendo una breve comparativa general. Por su lado, sabemos que el director venezolano es muy talentoso y últimamente ha mejorado el nivel de su orquesta considerablemente, obteniendo una perfección técnica que pocas veces esa formación vio (me viene Giulini a la mente) y una calidad interpretativa notable. Así que las versiones que les escuchamos a Dudamel y sus chicos son de un nivel muy alto, siendo en algunas ocasiones probablemente hasta la fecha insuperables, aunque por momentos un poco acartonadas en el tópico de "música de cine, mero entretenimiento". Por otro lado, la batuta de John Williams no es precisamente la de mejor técnica, cosa que importa muy poco cuando tienes a una de las tres mejores orquesta del orbe a tu disposición, de esas que "se tocan solas". Entonces podemos encontrar algunos "desajustes" que más bien son premeditados por el enfoque otoñal que se nota brinda el compositor estadounidense, resaltando los aspectos efectistas (como siempre ha hecho) pero alentando los tempi para mayor delectación melódica y quitándose las cadenas, disfrutando más de su música sin las prisas que implica el ir siguiendo las imágenes para las que fue hecha, diríamos que abordándolas desde una "óptica clásica". Así que, técnicamente gana posíblemente Dudamel, pero interpretativamente Williams, no en todas pero sí en la mayoría de las piezas. Sea como fuere, ¡la música cinematográfica nunca ha sonado mejor!
Nice content 👍🖖
ResponderBorrarThanks :P
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